Inflación
El ajuste de precios relativos
Los números que recibirá Javier Milei en términos de aumento del costo de vida hablan por sí solos. En octubre, la inflación interanual alcanzaba 142,7%, marcando así un máximo desde 1991. Pero ese dato podría ser aspiracional en breve, advierte GMA Capital. La nominalidad del último trimestre anualizado asciende a 255,4%. Mientras en los cuatro años de la administración de Cambiemos los precios se habían multiplicado por 4, en la gestión de Alberto Fernández (proyectando noviembre con 11,5%), el IPC se multiplicó por 10,2. Es decir, la inflación acumulada fue 919%. Según GMA, lo peor está por venir en el corto plazo. La economía debe reajustar precios relativos, y esto tendrá gran impacto en la nominalidad de los próximos meses.
La situación fiscal
El problema de fondo
Los esfuerzos iniciales de la gestión de Milei se concentran en alcanzar el equilibrio fiscal cuanto antes. La herencia estará en línea con la historia argentina, en donde casi el 80% hubo déficit. Pero sin dudas años de despilfarro y de atraso de precios relativos agudizaron el cuadro. Por ejemplo, el gasto en subsidios (que permite que las tarifas sean bajas) acumuló en los últimos 12 meses 2,1 puntos del PBI, algo por encima del 1,6% que dejó la administración que terminó en 2019. La elevada inflación también repercute negativamente en los ingresos del fisco, los que además se verán más deteriorados por la modificación de Impuesto a las Ganancias. El desafío más importante de política económica que enfrenta Milei está en poder llevar a cabo de manera exitosa el ajuste que se plantea, inicialmente de 5 puntos para alcanzar equilibrio financiero.
Sin crédito externo
El mercado internacional cerrado
Luego de una larga historia de reestructuraciones y mala disciplina fiscal, Argentina cuenta con los mercados de deuda externa cerrados. Con el financiamiento externo vedado, no hay forma de suavizar la estabilización de la macro. Así, la magnitud necesaria del ajuste fiscal es mayor. Se necesita un shock contundente que tenga buenos resultados para equilibrar el balance público en el corto plazo, pero que además muestre un sendero de reordenamiento de las cuentas fiscales.
Estanflación
El escenario tan temido
La Argentina pasará los próximos meses en estanflación (estancamiento de la actividad con inflación). Lo que sucede es que en el corto plazo el ajuste fiscal probablemente impacte negativamente tanto en el consumo privado como el público, los componentes más relevantes de la demanda agregada. A la vuelta de la esquina acecha una profunda recesión. Sin embargo, no debe perderse de vista el estado en el que se encuentra la economía. Desde 2011 la actividad se mantuvo virtualmente estancada. Peor aún, si lo medimos en términos per cápita, el PBI sufrió un retroceso de 10% en los últimos 12 años. Esto se debe a la ausencia de un plan de estabilización necesario para estabilizar la macroeconomía.
Deuda en pesos
Una montaña de compromisos
Si se gasta de más, hay déficit. Si el déficit se perpetúa es porque existe alguien que lo financia, como el Banco Central o el mercado, según GMA. Y ese financiamiento genera deuda. Esta secuencia es fundamental para comprender la dinámica de los compromisos en moneda local. No hay que perder de vista el elevado stock de vencimientos en pesos que enfrenta el Tesoro hasta diciembre de 2024, de $ 37,6 billones, equivalente a U$S 104.100 millones al tipo de cambio oficial. En cuanto composición, el 98% del perfil de vencimientos se encuentra indexado.
Pases y Leliq
Los pasivos remunerados
El abuso de la ventanilla de financiamiento al Tesoro explicó en gran medida por qué el stock de Leliq y pases se expandió en los últimos años hasta alcanzar $ 22,8 billones, es decir, casi 10% del PBI. La gestión de Alberto Fernández no solo deja un elevado stock de pasivos remunerados a su sucesor, sino que también una deuda de U$S 5.100 millones atados al dólar oficial en concepto de Lediv (Letras Internas del Banco Central en dólares).
Demanda de dinero
Nadie quiere los pesos
Otro inconveniente estructural que Milei enfrentará, y que complica el panorama de los dos últimos factores de herencia mencionados, es la caída estrepitosa de la demanda de dinero, que se dio aun con el cepo vigente. La gestión entrante remarcó la imposibilidad de liberar el cepo sin antes “solucionar el problema de las Leliq”, interpretando que todos esos pesos escaparían y provocarían una hiperinflación.
Deuda en dólares
Sin reservas netas
Cuando el equipo de Milei llegue a Reconquista 266, la dirección del Banco Central, no solo encontrará una pila de pasivos remunerados (Leliq y Pases) y otros ajustados al dólar oficial (Lediv). En el lado izquierdo del balance de la entidad, estarán cara a cara con un cuadro pavoroso. Las reservas netas se ubican en terreno negativo, marcando un mínimo del que se tenga registro. Para entender de dónde viene este asunto, vale notar que la brecha cambiaria se ubica en niveles inéditos de los últimos 40 años. Este frente exige medidas urgentes.
Situación con el FMI
Un acuerdo caído
Durante el primer trimestre de la nueva gestión habrá que afrontar pagos al FMI por U$S 3.700 millones. Vale tener en cuenta que el organismo tiene un desembolso pendiente a diciembre por U$S 3.300 millones. ¿Será el incumplimiento total de las metas un condicionante? GMA res optimista y cree que el FMI no debería ser una fuente de tensión al comienzo de la nueva gestión. No obstante, algo para notar es que entre diciembre de 2023 y fines de 2024 el Fondo debería desembolsar U$S 6.500 millones, mientras que los pagos de Argentina ascienden a U$S 8.100 millones. En esta línea, los vencimientos en 2024 con el resto de los organismos internacionales ascienden a U$S 3.700 millones según los últimos datos oficiales. Es vital otro acuerdo.
Deuda oculta
Divisas de importadores
Dada la severidad de las restricciones, el Banco Central forzó a los importadores a financiar las compras con sus proveedores internacionales. Esta dinámica provocó un incremento en los pasivos en dólares por más de U$S 23.000 millones desde principios de 2022. Es imperioso que esta demanda reprimida de divisas no siga creciendo para así evitar correr riesgos en la cadena de producción. Esa es otra de las deudas ocultas que Alberto Fernández le deja a Javier Milei, señala GMA Capital.